La radioterapia es un tratamiento que utiliza rayos o partículas de alta energía para matar las células cancerosas o reducir los tumores.
Puede usarse solo o en combinación con otros tratamientos, como cirugía o quimioterapia. La radioterapia puede tener varios efectos en el cuerpo, según el tipo, la dosis y la ubicación de la radiación.
Algunos de estos efectos pueden afectar la nutrición y digestión del paciente, como por ejemplo:
Pérdida de apetito
Náuseas y vómitos
Diarrea o estreñimiento
Boca seca o saliva espesa.
Llagas o úlceras en la boca
dificultad para tragar
Cambios en el gusto y el olfato.
Pérdida o aumento de peso
Por lo tanto, es importante seguir una dieta adecuada durante y después de la radioterapia para ayudar al cuerpo a sanar, prevenir infecciones, mantener la fuerza y la energía y afrontar los efectos secundarios.
La dieta de radioterapia puede variar según las necesidades y preferencias individuales del paciente, así como el consejo de su médico o dietista. Sin embargo, algunas pautas generales son:
Consuma comidas pequeñas, frecuentes y equilibradas a lo largo del día.
Esto puede ayudar a prevenir las náuseas, mantener los niveles de azúcar en sangre y proporcionar suficientes calorías y nutrientes.
Beba muchos líquidos, como agua, infusiones, caldo o zumo. Esto puede ayudar a mantenerse hidratado, prevenir la deshidratación y eliminar toxinas.
Elija alimentos suaves, húmedos y fáciles de digerir, como sopas, guisos, batidos, yogur o puré de patatas.
Esto puede ayudar a evitar la irritación y el dolor en la boca y la garganta, así como a prevenir el atragantamiento o la aspiración.
Evite los alimentos picantes, ácidos, salados o ásperos, como los cítricos, la salsa de tomate, los pepinillos o los frutos secos.
Estos pueden agravar las llagas en la boca, la sequedad de la boca o la irritación de la garganta.
Evite el alcohol, la cafeína, el tabaco y las bebidas carbonatadas.
Estos pueden deshidratar el cuerpo, interferir con la absorción de medicamentos y empeorar los efectos secundarios.
Evite alimentos que puedan provocar gases, hinchazón o diarrea, como frijoles, repollo, brócoli o productos lácteos.
Estos pueden empeorar los problemas digestivos y las molestias.
Evite alimentos que puedan provocar estreñimiento, como el queso, el pan blanco o el arroz.
Estos pueden ralentizar las deposiciones y causar dolor.
Agregue calorías y proteínas adicionales a su dieta si está perdiendo peso o masa muscular.
Puedes hacerlo agregando mantequilla, queso, crema, mantequilla de maní o nueces a tus comidas o refrigerios. También puede beber batidos o suplementos ricos en calorías y proteínas si lo recomienda su médico o dietista.
Agregue fibra adicional a su dieta si está estreñido. Puedes hacerlo comiendo más frutas, verduras, cereales integrales o legumbres.
También puede tomar suplementos de fibra si se lo recomienda su médico o dietista.
Utilice hierbas, especias, jugo de limón o vinagre para realzar el sabor de sus alimentos si tiene cambios en el gusto o el olfato.
También puedes probar diferentes tipos de alimentos o cocinas que te atraigan.
Practique una buena higiene bucal cepillándose los dientes suavemente después de cada comida y utilizando un cepillo de dientes suave.
También puedes enjuagarte la boca con agua salada o una solución de bicarbonato de sodio para prevenir infecciones y reducir la inflamación.
La dieta de radioterapia no es una dieta fija o rígida, sino una forma de comer flexible y adaptable que puede adaptarse a diferentes situaciones y necesidades. Es importante escuchar a su cuerpo y comer de acuerdo con sus señales de hambre y satisfacción. También es recomendable consultar a su médico o dietista antes de realizar cambios drásticos en sus hábitos alimentarios.