
Dieta GAPS: qué es, cómo funciona y qué dice la ciencia al respecto
La dieta GAPS es un enfoque dietético que tiene como objetivo mejorar la salud intestinal y tratar diversas afecciones relacionadas con el cerebro y el sistema nervioso.
GAPS significa Gut and Psychology Syndrome (Síndrome Intestinal y Psicológico), un término acuñado por la Dra. Natasha Campbell-McBride, neuróloga y nutricionista que desarrolló la dieta basándose en su propia experiencia con su hijo que tenía autismo.
Según el Dr. Campbell-McBride, muchos trastornos mentales y neurológicos, como el autismo, el TDAH, la dislexia, la depresión y la esquizofrenia, son causados por un desequilibrio en la flora intestinal y un intestino permeable.
Un intestino permeable es una afección en la que el revestimiento intestinal se vuelve más permeable, lo que permite que toxinas y bacterias entren al torrente sanguíneo y afecten al cerebro.
La dieta GAPS pretende curar el intestino eliminando ciertos alimentos que pueden dañar la pared intestinal y alimentar a los microbios dañinos, e introduciendo alimentos que pueden nutrir las bacterias beneficiosas y restaurar la barrera intestinal.
La dieta GAPS consta de tres etapas: la fase de introducción, la dieta GAPS completa y la fase de reintroducción.
La fase de introducción: Esta es la parte más restrictiva de la dieta. También se llama “fase de curación intestinal” y puede durar de tres semanas a un año, dependiendo de los síntomas de la persona. En esta fase se eliminan los cereales, los productos lácteos pasteurizados, las verduras con almidón y los carbohidratos refinados, y los caldos, guisos y alimentos probióticos constituyen la mayor parte de los patrones alimentarios de una persona. La dieta GAPS recomienda pasar de una etapa a la siguiente una vez que se pueden tolerar los alimentos que se han introducido. Se considera que un alimento es tolerado cuando se tiene una evacuación intestinal normal.
La dieta GAPS completa: La dieta GAPS completa puede durar entre 1,5 y 2 años. Durante esta parte de la dieta, se recomienda a las personas basar la mayor parte de sus patrones alimentarios en los siguientes alimentos:
Carne fresca, preferiblemente libre de hormonas y alimentada con pasto.
Grasas animales, como manteca de cerdo, sebo, grasa de cordero, grasa de pato, mantequilla cruda y ghee.
Pez
Mariscos
Huevos orgánicos
Alimentos fermentados, como kéfir, yogur casero y chucrut.
Verduras
Cantidades moderadas de nueces
Receta de repostería GAPS elaborada con harinas de frutos secos
Las recomendaciones adicionales al seguir la dieta GAPS incluyen:
No comer carne y fruta juntas
Utilizar alimentos orgánicos siempre que sea posible.
Consumir grasas animales, aceite de coco o aceite de oliva prensado en frío en cada comida.
Consumir caldo de huesos en cada comida.
Consumir grandes cantidades de alimentos fermentados, si pueden tolerarse.
Evitar los alimentos envasados y enlatados.
La fase de reintroducción: La dieta GAPS sugiere que la fase de reintroducción puede comenzar después de haber experimentado una digestión y deposiciones normales durante al menos seis meses.
En esta fase se reintroducen paulatinamente en la dieta algunos alimentos que antes estaban excluidos, como las patatas nuevas, los cereales fermentados sin gluten, la miel cruda y algunas legumbres.
La dieta GAPS también implica tomar algunos suplementos, como probióticos, aceite de hígado de bacalao y otros que se venden en la web de GAPS como si fueran parte indispensable de la misma.
¿Qué dice la ciencia sobre la dieta GAPS?
La dieta GAPS se basa en la premisa de que muchos trastornos mentales y neurológicos son causados por un desequilibrio en la flora intestinal y un intestino permeable.
Sin embargo, hay poca evidencia científica que respalde esta afirmación. Si bien es cierto que existe una relación bidireccional entre el intestino y el cerebro, conocida como eje intestino-cerebro, y que la microbiota intestinal puede influir en nuestro comportamiento y salud mental, no está claro si estas condiciones son causadas o resultan de de cambios en el entorno intestinal.
Además, no hay pruebas concluyentes de que exista un intestino permeable o que cause alguna enfermedad-
La dieta GAPS también es muy restrictiva y puede provocar deficiencias nutricionales si se sigue durante mucho tiempo sin supervisión médica
Elimina muchos alimentos saludables que aportan fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes, como cereales integrales, frutas, legumbres y algunos lácteos.
También promueve una ingesta elevada de grasas y proteínas animales, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Además, puede provocar efectos secundarios como estreñimiento, diarrea, náuseas o dolores de cabeza.
La dieta GAPS no ha sido probada en ningún ensayo clínico ni estudio revisado por pares para evaluar su eficacia o seguridad para el tratamiento de ninguna afección.
Por tanto, no debe considerarse como una alternativa válida o fiable a los tratamientos médicos convencionales. La mejor manera de mejorar la salud intestinal y el bienestar general es seguir una dieta equilibrada y variada que incluya todos los grupos de alimentos en cantidades adecuadas y consultar a un médico o dietista registrado antes de realizar cambios drásticos en los hábitos alimentarios.