Dieta Holistica

27 septiembre, 2023
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La dieta holística es una forma de comer que considera a la persona en su totalidad, no sólo el cuerpo físico.

Se basa en el principio de que los alimentos no son sólo una fuente de energía y nutrientes, sino también una fuente de información y comunicación para las células, órganos, sistemas y emociones del cuerpo.

La dieta holística tiene como objetivo promover una salud y un bienestar óptimos nutriendo el cuerpo, la mente y el espíritu con alimentos naturales, integrales y orgánicos siempre que sea posible.

La dieta holística no es un plan rígido o restrictivo, sino más bien un enfoque flexible e individualizado que respeta las necesidades, preferencias y objetivos únicos de cada persona.

No sigue una fórmula única para todos, sino que anima a las personas a escuchar las señales y la intuición de su propio cuerpo para guiar sus elecciones de alimentos.

La dieta holística también tiene en cuenta los aspectos ambientales, sociales y éticos de la producción y el consumo de alimentos, y apoya prácticas sostenibles y humanas que protegen el planeta y sus habitantes.

La dieta holística tiene muchos beneficios para la salud física, mental y emocional.

Algunos de los beneficios son: Puede prevenir o revertir enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer al proporcionar al cuerpo antioxidantes, fitoquímicos, fibra, ácidos grasos omega-3 y otros compuestos antiinflamatorios que combaten el estrés oxidativo y la inflamación.

Puede mejorar la función cognitiva y el estado de ánimo al suministrar al cerebro nutrientes esenciales como glucosa, aminoácidos, ácidos grasos, vitaminas y minerales que apoyan la síntesis y el equilibrio de los neurotransmisores.

Puede mejorar la salud digestiva y la inmunidad al fomentar una microbiota intestinal diversa y equilibrada que produce metabolitos beneficiosos y modula el eje intestino-cerebro.

Puede aumentar la energía y la vitalidad optimizando la función metabólica y el equilibrio hormonal.

Puede fomentar una relación positiva con la comida y con uno mismo al promover la comida como placer, no como culpa; respetando las señales de hambre y saciedad; rechazando la cultura dietética y sus estándares poco realistas; abrazando la diversidad y aceptación corporal; y cultivando la atención plena y la gratitud por la comida.


Algunas de las pautas generales para seguir una dieta holística son: Consuma alimentos enteros y crudos tanto como sea posible.

Son alimentos que se encuentran en su estado natural o mínimamente procesados.

Conservan sus nutrientes, enzimas, fitoquímicos y fuerza vital originales.

Algunos ejemplos son frutas, verduras, nueces, semillas, brotes, cereales, legumbres, hierbas y especias.

Elija alimentos orgánicos siempre que sea posible.

Se trata de alimentos que se cultivan o cultivan sin el uso de pesticidas, herbicidas, antibióticos u hormonas.

Están libres de sustancias químicas nocivas que pueden alterar el equilibrio natural del cuerpo.

También saben mejor y pueden tener un mayor valor nutricional.

Evite o limite los edulcorantes refinados y artificiales.

Se trata de azúcares a los que se les ha despojado de sus nutrientes y fibra naturales.

Pueden aumentar los niveles de azúcar en sangre, desencadenar resistencia a la insulina, causar inflamación y estrés oxidativo, alterar la función cognitiva y el estado de ánimo, alterar la microbiota intestinal e inducir conductas alimentarias adictivas.

Beber abundante agua.

El agua es esencial para la hidratación, la desintoxicación, la digestión, la circulación, la regulación de la temperatura y la función celular.

Ayuda a eliminar toxinas, transportar nutrientes y oxígeno a las células, lubricar las articulaciones y órganos, mantener el equilibrio electrolítico y prevenir el estreñimiento.

Reducir la ingesta de sodio.

El sodio es un mineral que regula el equilibrio de líquidos, la presión arterial y los impulsos nerviosos en el cuerpo.

Sin embargo, demasiado sodio puede provocar retención de líquidos, hipertensión, daño renal y problemas cardiovasculares.

La mayor parte del sodio proviene de alimentos procesados ​​como productos enlatados, comidas congeladas, comida rápida, refrigerios, salsas y condimentos.

Trate de no consumir más de 2300 mg de sodio por día.

Compre productos locales siempre que sea posible.

Los productos locales son más frescos, sabrosos y nutritivos que los importados.

También apoya a los agricultores locales y reduce el impacto ambiental del transporte.

Busque mercados de agricultores o programas de agricultura apoyada por la comunidad (CSA) en su área.

Eliminar o reducir los productos de harina blanca.

La harina blanca se elabora a partir de trigo que ha sido refinado para eliminar las capas de salvado y germen.

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