Dieta Oriental

27 septiembre, 2023
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La dieta oriental es un término que se refiere a los patrones dietéticos tradicionales de varios países y regiones asiáticas, como China, Japón, Corea, India, Tailandia y Vietnam.

La dieta oriental no es una dieta única o uniforme, sino una forma de alimentarse diversa y adaptable que refleja las influencias culturales, históricas, geográficas y religiosas de cada lugar.

Sin embargo, existen algunas características comunes que distinguen la dieta oriental de la occidental, como por ejemplo: Alto consumo de alimentos de origen vegetal, como verduras, frutas, cereales, frijoles, legumbres, nueces, semillas, hierbas y especias.

Estos alimentos aportan fibra, antioxidantes, fitoquímicos y otros nutrientes que pueden prevenir o tratar enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.

Consumo moderado de alimentos de origen animal, como pescado, marisco, huevos, aves y productos lácteos.

Estos alimentos aportan proteínas, ácidos grasos omega-3, calcio y otros nutrientes que pueden favorecer el crecimiento, el desarrollo y la salud.

Bajo consumo de carnes rojas y carnes procesadas.

Estos alimentos se asocian con un mayor riesgo de inflamación, estrés oxidativo y enfermedades crónicas.


Bajo consumo de carbohidratos refinados y azúcares añadidos.

Estos alimentos pueden aumentar los niveles de glucosa en sangre, alterar la sensibilidad a la insulina y provocar trastornos metabólicos.

Bajo consumo de sal y sodio.

Estos alimentos pueden aumentar la presión arterial y provocar retención de líquidos y problemas cardiovasculares.

Uso de métodos de cocción saludables, como cocer al vapor, hervir, sofreír, hornear y fermentar.

Estos métodos preservan los sabores y nutrientes naturales de los alimentos y evitan la formación de compuestos nocivos que pueden resultar de los métodos de cocción a alta temperatura o fritura.

Uso de condimentos y condimentos naturales, como salsa de soja, vinagre, pasta de miso, aceite de sésamo, jengibre, ajo y chiles.

Estos ingredientes realzan el sabor y aroma de los platos y además tienen propiedades medicinales que pueden modular el sistema inmunológico, la digestión y el metabolismo.

Practicar hábitos alimentarios conscientes, como comer despacio, masticar bien, prestar atención a las señales de hambre y saciedad, disfrutar la comida con todos los sentidos y expresar gratitud por la comida.

Estos hábitos pueden mejorar la digestión, la absorción y la utilización de nutrientes y también prevenir comer en exceso y comer emocionalmente.

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