Una dieta yóguica es una forma de comer que se basa en los principios del yoga, que son la pureza, la no violencia y el equilibrio.
Una dieta yóguica tiene como objetivo nutrir el cuerpo, la mente y el espíritu, y apoyar la práctica del yoga y la meditación.
Estas son algunas de las principales características de una dieta yóguica: Una dieta yóguica se basa principalmente en plantas, lo que significa que enfatiza las frutas, verduras, cereales, frijoles, legumbres, nueces y semillas como principales fuentes de calorías y nutrientes.
Estos alimentos son ricos en fibra, antioxidantes, fitoquímicos y otros compuestos que pueden proteger las células del daño, la inflamación y las enfermedades.
Una dieta yóguica limita los productos animales, especialmente las carnes rojas, las carnes procesadas, los lácteos y los huevos.
Estos alimentos tienen un alto contenido de grasas saturadas, colesterol y proteínas animales, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes, cáncer y otras afecciones crónicas.
Si eliges comer productos animales, opta por fuentes magras como pescado, aves o huevos, y consúmelos con moderación (no más de dos veces por semana).
Una dieta yóguica evita los carbohidratos refinados, los azúcares añadidos y los alimentos procesados.
Estos alimentos son bajos en fibra y nutrientes, y ricos en calorías y aditivos.
Pueden aumentar los niveles de azúcar en sangre, promover el aumento de peso y provocar antojos.
En lugar de comer dulces, bollería, pan blanco, arroz blanco, pasta, patatas fritas o refrescos, elige cereales integrales, frutas o chocolate negro como alternativas más saludables.
Una dieta yóguica fomenta las grasas saludables, como el aceite de oliva, el aguacate, las nueces, las semillas y el pescado graso.
Estas grasas son ricas en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, que pueden reducir el colesterol malo (LDL) y aumentar el colesterol bueno (HDL).
También pueden reducir la inflamación y favorecer la salud del cerebro y del corazón.
Una dieta yóguica incluye alimentos fermentados, como yogur, kéfir, chucrut, kimchi, miso, tempeh o kombucha.
Estos alimentos contienen probióticos, que son bacterias beneficiosas que pueden mejorar la digestión, la inmunidad, el estado de ánimo y el metabolismo.
También pueden ayudar a equilibrar el microbioma intestinal, que es el conjunto de microorganismos que viven en los intestinos e influyen en su salud.
Una dieta yóguica sigue la regla del 80%, lo que significa que dejas de comer cuando te sientes 80% lleno.
Esto puede ayudarle a evitar comer en exceso, controlar sus porciones y regular su apetito.
También puede impedir que estire el estómago, lo que puede provocar un aumento del hambre y una reducción de la saciedad.
Una dieta yóguica bebe principalmente agua, que es esencial para la hidratación, la desintoxicación, la digestión y el metabolismo.
El agua también puede ayudarle a sentirse más lleno, frenar el apetito y eliminar el exceso de sodio y los productos de desecho del cuerpo.
Algunas otras bebidas que se encuentran en la tradición yóguica incluyen tés de hierbas, que pueden tener diversos beneficios para la salud; leche, que puede aportar calcio y proteínas; y agua con miel, que puede aliviar la garganta y estimular la inmunidad.
Una dieta yóguica no es un plan rígido o estricto, sino una guía general que puede ayudarte a comer bien y sentirte bien.
Siguiendo una dieta yóguica, puedes mejorar tu salud, calidad de vida y bienestar.
También puedes alinear tu dieta con tu práctica y filosofía de yoga, creando armonía entre tu cuerpo, mente y espíritu.