¿Qué es la Dieta Antiestrogénica y por qué deberías probarla?
La Dieta Antiestrogénica es una forma de comer que tiene como objetivo reducir los niveles de estrógeno en el organismo.
El estrógeno es una hormona que regula muchas funciones tanto en hombres como en mujeres, como la reproducción, el estado de ánimo, la salud ósea y el metabolismo.
Sin embargo, demasiado estrógeno puede causar problemas como aumento de peso, infertilidad, cáncer de mama, cáncer de próstata y desequilibrios hormonales.
La Dieta Antiestrogénica se basa en la idea de que algunos alimentos pueden aumentar o disminuir la producción, actividad y eliminación de estrógenos en el organismo.
Al elegir los alimentos adecuados, puede ayudar a su cuerpo a mantener un equilibrio hormonal saludable y prevenir o tratar afecciones relacionadas con el estrógeno.
Alimentos para comer en la Dieta Antiestrogénica
La Dieta Antiestrogénica enfatiza los alimentos ricos en fibra, antioxidantes, fitoquímicos y grasas saludables.
Estos alimentos pueden ayudar a modular los niveles de estrógeno en el cuerpo al: Apoyar la función hepática, que es responsable de metabolizar y excretar el exceso de estrógeno.
Unión a receptores de estrógeno en las células, que pueden bloquear la acción del estrógeno o activar vías beneficiosas.
Inhibir la enzima aromatasa, que convierte la testosterona en estrógeno.
Reducir la inflamación y el estrés oxidativo, que pueden afectar el equilibrio hormonal.
Algunos de los alimentos que se recomiendan en la Dieta Antiestrogénica son: Frutas y verduras, especialmente verduras crucíferas (como brócoli, repollo, coliflor, col rizada y coles de Bruselas), frutas cítricas (como naranjas, limones, pomelos y limas), bayas (como fresas, arándanos, frambuesas y moras), y aguacates.
Frutos secos y semillas, como almendras, nueces, pistachos, semillas de girasol, semillas de calabaza, semillas de lino y semillas de chía.
Cereales integrales, como avena, quinua, trigo sarraceno, mijo y arroz integral.
Legumbres, como frijoles, lentejas, garbanzos, soja y tofu.
Huevos de gallinas ecológicas o camperas.
Pescado de fuentes silvestres o sostenibles, como salmón, sardinas, caballa, arenque y trucha.
Aceite de oliva y aceite de coco.
Hierbas y especias, como cúrcuma, jengibre, ajo, romero, tomillo, orégano, albahaca, menta y canela.
Té verde y café.
Alimentos a evitar en la Dieta Antiestrogénica
La Dieta Antiestrogénica aconseja evitar alimentos ricos en grasas, azúcar, carbohidratos refinados e ingredientes procesados.
Estos alimentos pueden aumentar los niveles de estrógeno en el cuerpo al: Estimular la producción de estrógenos por parte de los ovarios o las glándulas suprarrenales.
Interfiere con la función hepática, lo que puede alterar el metabolismo y la excreción de estrógenos.
Aumento de la resistencia a la insulina, que puede afectar el equilibrio hormonal.
Promueve la inflamación y el estrés oxidativo, que puede dañar los receptores hormonales y las enzimas.
Algunos de los alimentos que se desaconsejan en la Dieta Antiestrogénica son: Carnes rojas y carnes procesadas, como carne de res, cerdo, cordero, tocino, jamón, salchichas y hot dogs.
Productos lácteos, como leche, queso, yogur y mantequilla.
Cereales refinados, como pan blanco, arroz blanco, pasta blanca y bollería.
Azúcares añadidos, como azúcar de mesa, miel, jarabe de arce, néctar de agave y jarabe de maíz con alto contenido de fructosa.
Edulcorantes artificiales, como aspartamo, sucralosa, sacarina y acesulfamo de potasio.
Alimentos procesados, como papas fritas, galletas saladas, bizcochos, pasteles, dulces, refrescos, jugos y bebidas energéticas.
Alcohol.
Otros métodos para reducir los niveles de estrógeno Además de seguir una Dieta Antiestrogénica, existen otros factores del estilo de vida que pueden ayudar a reducir los niveles de estrógeno en el cuerpo.
Éstas incluyen: Hacer ejercicio regularmente.
La actividad física puede ayudar a quemar tejido graso, que puede almacenar el exceso de estrógeno.
También puede mejorar la circulación sanguínea, lo que puede mejorar la entrega y eliminación de hormonas.
Además, puede mejorar el estado de ánimo y reducir las hormonas del estrés, lo que puede afectar el equilibrio hormonal.
Perder el exceso de peso.
El sobrepeso o la obesidad pueden aumentar la producción de estrógeno por parte de las células grasas.
También puede aumentar la resistencia a la insulina y la inflamación, lo que puede afectar la regulación hormonal.
Perder peso puede ayudar a normalizar los niveles de estrógeno y reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con los estrógenos.
Manejando el estrés.
El estrés crónico puede elevar los niveles de cortisol, lo que puede interferir con el equilibrio hormonal.
El estrés también puede desencadenar una alimentación emocional que puede provocar un consumo excesivo de alimentos no saludables que aumentan los niveles de estrógeno.
Manejar el estrés puede ayudar a restaurar la armonía hormonal y mejorar el bienestar general.
Evitar los estrógenos ambientales.
Los estrógenos ambientales son sustancias químicas que imitan los efectos del estrógeno en el cuerpo.
Se pueden encontrar en pesticidas, plásticos, cosméticos y productos de cuidado personal.
La exposición a estas sustancias puede alterar el sistema endocrino y provocar desequilibrios hormonales.
Evitar o minimizar el contacto con estas fuentes puede ayudar a reducir los niveles de estrógeno en el cuerpo.
Conclusión
La Dieta Antiestrogénica es una forma de comer que tiene como objetivo reducir los niveles de estrógeno en el organismo.
Hace hincapié en los alimentos con alto contenido de fibra, antioxidantes, fitoquímicos y grasas saludables, y evita los alimentos con alto contenido de grasas, azúcar, carbohidratos refinados e ingredientes procesados.
También recomienda otros factores del estilo de vida que pueden ayudar a reducir los niveles de estrógeno, como hacer ejercicio, perder peso, controlar el estrés y evitar los estrógenos ambientales.
La Dieta Antiestrogénica puede ayudar a prevenir o tratar afecciones relacionadas con los estrógenos, como el aumento de peso, la infertilidad, el cáncer de mama, el cáncer de próstata y los desequilibrios hormonales.
Sin embargo, antes de iniciar cualquier dieta, es recomendable consultar con un médico o nutricionista para garantizar su seguridad y adecuación a sus necesidades individuales.