
La nefropatía es un término que se refiere a cualquier enfermedad o daño de los riñones.
Puede tener diversas causas, como diabetes, hipertensión arterial, infecciones, trastornos autoinmunes o factores genéticos.
La nefropatía puede afectar el funcionamiento normal de los riñones y provocar complicaciones como retención de líquidos, proteinuria (proteína en la orina), hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
La dieta es un factor importante para controlar la nefropatía y prevenir un mayor daño renal.
Dependiendo del tipo y etapa de la nefropatía, su médico o dietista pueden recomendar diferentes modificaciones en la dieta.
Algunos de los objetivos dietéticos comunes para la nefropatía son: Reducir la ingesta de sodio para controlar la presión arterial y el equilibrio de líquidos.
El sodio se encuentra en la sal y en muchos alimentos procesados o envasados.
Una dieta baja en sodio debería limitar la ingesta de sodio a menos de 2300 miligramos por día.
Algunos consejos para reducir la ingesta de sodio son:
Compre alimentos frescos o congelados en lugar de alimentos enlatados o preparados.
Cocine sus propias comidas usando hierbas, especias, vinagre, jugo de limón o condimentos sin sodio en lugar de sal o salsas con alto contenido de sodio.
Enjuague las verduras, los frijoles, las carnes y el pescado enlatados con agua antes de comerlos.
Elija versiones bajas en sodio o sin sodio de bocadillos, panes, quesos y condimentos.
Lea las etiquetas de información nutricional en los paquetes de alimentos y busque alimentos que tengan menos del 5% del valor diario de sodio por porción.
Consumir la cantidad y el tipo adecuados de proteínas para prevenir la proteinuria y preservar la función renal.
La proteína es un nutriente esencial que se encuentra en alimentos animales y vegetales.
Sin embargo, demasiada proteína puede aumentar la carga de trabajo de los riñones y hacer que se filtre más proteína a la orina.
Se puede recomendar una dieta baja a moderada en proteínas para la nefropatía, dependiendo del estado de los riñones.
La ingesta de proteínas recomendada para la nefropatía es de 0,8 gramos por kilogramo de peso corporal por día, lo que equivale a 0,36 gramos por libra por día.
Algunos consejos para comer la cantidad y el tipo adecuado de proteína son:
Elija fuentes magras de proteína animal, como aves, pescado, mariscos, huevos y productos lácteos bajos en grasa.
Incluya fuentes vegetales de proteínas, como frijoles, nueces, soja, tofu y mantequilla de maní.
Limite el consumo de carne roja a no más de una o dos veces por semana.
Evite las carnes procesadas, como el tocino, el jamón, las salchichas, las salchichas y las carnes frías.
Mida sus porciones de alimentos con proteínas utilizando una báscula para alimentos o una guía visual.
Una porción cocida de carne, aves o pescado pesa aproximadamente de 2 a 3 onzas o aproximadamente del tamaño de una baraja de cartas.
Una porción de frijoles o nueces equivale aproximadamente a 1/2 taza o aproximadamente del tamaño de un puño.
Una porción de productos lácteos equivale aproximadamente a 1 taza o aproximadamente del tamaño de una pelota de béisbol.
Elegir alimentos saludables para el corazón para reducir los niveles de colesterol y triglicéridos y prevenir enfermedades cardiovasculares.
La nefropatía puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas cardíacos debido a los altos niveles de grasa en la sangre.
Una dieta saludable para el corazón debe limitar la ingesta de grasas saturadas a menos del 10% del total de calorías y la ingesta de grasas trans lo más baja posible.
Las grasas saturadas se encuentran principalmente en productos animales, como mantequilla, queso, nata, carnes grasas y manteca de cerdo.
Las grasas trans se encuentran principalmente en aceites parcialmente hidrogenados, que se utilizan en algunas margarinas, productos horneados, alimentos fritos y bocadillos.
Algunos consejos para elegir alimentos que sean saludables para tu corazón son:
Reemplace las grasas saturadas y trans con grasas insaturadas, como aceite de oliva, aceite de canola, aceite de girasol, aceite de maíz, aceite de soja, aceite de linaza y aceite de pescado.
Consuma más ácidos grasos omega-3, que se encuentran en pescados grasos (como salmón, atún, caballa, arenque), semillas de lino y nueces.